Entre el 7 de diciembre y el 1 de enero de 2025, la pequeña aldea de Montanha da Cabeça, en el municipio de Seia, vuelve a ser la Aldea Navideña más ecológica del país.
El espíritu de la Navidad vive en el interior es el lema de la que es ya la 12ª edición, sin perder nunca la esencia original: ¡toda la decoración del pueblo está hecha de recursos y materiales naturales procedentes del aclareo y la limpieza del bosque y con la pasión y el ingenio de la gente del pueblo!
La Navidad en el pueblo de montaña de Cabeça es tan genuina y pura como el aire que se respira aquí.
Son los propios habitantes los que trabajan para transformar esta aldea en la más peculiar y sostenible del Natal.
Todo se hace con las sabias manos de sus 170 residentes de este pueblo de montaña y con materiales de la naturaleza que resultan de la limpieza quirúrgica de los bosques del Parque Natural de la Serra da Estrela y tierras vecinas. La retama, las enredaderas, los pinos, las hojas, las cañas de maíz y otros materiales reciclados son la materia prima de los adornos navideños.
Todo el trabajo es realizado por la comunidad, con el compromiso de todas las comunidades de la aldea (Asamblea de los Comunes de Baldios de Cabeça y Centro de Apoyo al Adulto Mayor de Cabeça), la Asociación para el Desarrollo Integrado de la Red de Aldeas de Montaña (ADIRAM), la Municipalidad de Seia y la Unión de la Parroquia de Vide y Cabeça. Son los habitantes los que se entregan en cuerpo y alma a la decoración de esta fiesta navideña. Todo está hecho para que esté en armonía con el verdadero espíritu navideño de comunión y compartir.
El paisaje es único: quienes visitan Cabeça en esta época del año pueden vivir la verdadera Navidad de las personas más genuinas de la montaña.
Las puertas de las casas de los habitantes se abren para dar vida al pequeño Mercado Navideño, y las tabernas y calles son espacios en los que la comunidad se funde con los visitantes.
Pero es al atardecer cuando ocurre la magia con miles de luces de tecnología LED que iluminan los callejones y las típicas casas de esquisto de Cabeça (recordemos que este fue el primer pueblo LED del país, una contribución real a la eficiencia energética y a la promoción de una economía baja en carbono).
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