El otro día nuestra amiga Dacil, del  Blog de una madre desesperada abrió un hilo en twitter por una conversación que tuvo con su hijo de 8 años, no fue una conversación cualquiera:

 

Enseguida distintos padres y madres saltaron indignados, pero lo cierto que es varios chicos que trabajan en el sector reconocieron que los padres compran ese juego sin importarle su clasificación, sin tener ni idea de su contenido. Los motivos que animan a los padres a comprar este juego a sus hijos son diversos: es el que está de moda, así está entretenido, lo tiene el vecino o el amiguito de su hijo…

Se supone que cuando son más pequeños nos volvemos locos buscando el juguete ideal para su edad: nos fijamos que no tenga piezas pequeñas que se pueda llevar a la boca, que no sea tóxico en sus materiales, que sea educativo…pero una vez pasada la etapa de infantil ya todo vale.

Los padres, por regla general, no miran la calificación del video juego, muchos incluso ni la temática.

En este caso se hablaba del GTA, un juego cuyo contenido principal es el robo, de ahí su nombre Grand Thief Auto, Gran Ladrón de Autos. Para empezar la temática ya no parece muy educativa.

El GTA es un juego con escenas de máxima violencia, delitos, discriminación, humor adulto, palabrotas, alto contenido sexual, disparos, sangre y gore y uso de drogas y alcohol.

En el mercado hay muchos videojuegos con escenas de violencia intensa, violaciones, delitos y por supuesto sangre y sexo explícito, escenas nada recomendadas para menores de edad.

Por no hablar del papel de la mujer en estos videojuegos: prostitutas, chicas en top less… vamos que eso da para otro tema.

Pero es que además la clasificación PEGI de estos juegos es para mayores de 18 años.

Cada vez más en los colegios se están dando cuenta que muchos niños juegan a estos videojuegos, a pesar de que claramente se indica en las etiquetas que el juego es para mayores de 18 años, niños que después reproducen en el recreo y en su vocabulario las escenas de estos juegos, que no serán asesinos el día de mañana pero desde luego, a día de hoy, su lenguaje y actitud deja bastante que desear.

En palabras del criminólogo Toval :

«Lo que los menores absorben de estos videojuegos son unos antivalores como el menosprecio a la vida o no respetar al otro»

«Los niños están sometidos a unos estímulos tremendamente negativos y muy violentos», lamenta Toval, quien también cree que actualmente, con este tipo de videojuegos, se está consiguiendo que los niños «tengan sensaciones y no sentimientos», una característica propia de los psicópatas, según el criminólogo.

«El típico asesino en serie que mata y viola lo hace siempre porque se siente bien, disfruta», indica Toval, quien sostiene que éste es el «modelo que hoy se transmite con estos videojuegos, dibujos animados o películas», en los que incluso se llega a cosificar la vida.

 

El tema de que todos los niños de su edad juegan, además de ser mentira incumple otra labor nuestra, ¿quien educa a tu hijo?

Porque educar no es ayudar económicamente a que tus hijos consuman juegos de droga, violencia y prostitución.

Si quieres profundizar más sobre este tema el próximo jueves, 6 de febrero, a las 19:00 horas, Antonio Rial Boubeta dará una conferencia en el Centro Cultural Helios de Bembrive, Carretera de Bembrive, s/n, en Vigo, sobre cómo educar en la nueva era digital.

Antonio Rial Boubeta es doctor en Psicología Social, director técnico de la Unidad de Psicología del Consumidor y Usuario de la Universidad de Santiago y un gran conferenciante. Rial ha dirigido numerosas investigaciones sobre los adolescentes y su relación con la tecnología, forma parte del grupo de expertos encargado de elaborar la nueva Ley del Juego y es además investigador principal de un proyecto del Ministerio de Sanidad para diseñar e implementar, tanto en los servicios sanitarios como en los centros escolares, un sistema de detección precoz y consejo breve para las adicciones sin sustancia en adolescentes.

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