Y llegaron las tan ansiadas vacaciones, lo cierto es que para mi son una época para disfrutar en familia y que además considero que les aporta mucho más que descanso.
Recientemente un estudio elaborado por HomeToGo, buscador de alojamientos vacacionales, destaco como las vacaciones influyen positivamente en seis aspectos de su crecimiento como lo demuestra la siguiente infografía

El hecho de ir de vacaciones en familia, ya sea viajando o visitando nuevos lugares, hace que activemos en los más pequeños la capacidad de asombro. Como pequeños exploradores que son les encantará descubrir y explorar nuevos lugares. Asimismo dejan de jugar con sus amiguitos de siempre y conocen otros niños, quizás incluso de otros países y con distintas lenguas y culturas, esto les ayudará a desarrollar su capacidad de interacción con otros niños . Todo esto se traducirá, al llegar a la edad adulta, en una mejor capacidad de “jugar con las ideas” y de hacer frente a una situación inesperada desde diferentes puntos de vista.


Durante el curso escolar los niños van con unos ritmos marcados por el calendario escolar, en la época de vacaciones cada pequeño puede marcar su ritmo. Esto a veces nos sorprenderá, pues al tener tiempo para hacer lo que le gusta, podrán descubrir nuevas pasiones, como puede ser la pintura, la cerámica…Si además van a viajar a algún sitio el hecho de preparar con nosotros el viaje, buscando información no veáis lo que desarrolla la imaginación. Abrir esos ojitos al mundo y descubrir mundos nuevos es de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos.
Según un estudio realizado por la Universidad de Illinois, estar en contacto con la naturaleza más de 20 minutos hace que los niños mejoren sus niveles de atención y concentración. Esto tampoco hace falta que nos lo diga una Universidad, yo soy de las que piensa que alejar a nuestros hijos del estrés diario, de las maquinitas y demás aparatos tecnológicos favorece el relax y la concentración. Las vacaciones son tiempo de desconectar y pasar más tiempo en el campo, la playa o en la montaña.


Las vacaciones afectan al desarrollo del niño porque suponen además un cambio en la rutina y el entorno de toda la familia. Estos cambios hacen que se estimule el lóbulo frontal de los más pequeños aumentando así sus funciones ejecutivas y fomentando el desarrollo de su cociente intelectual, de su salud física y de su salud mental.
Bueno no hace falta que os diga que las vacaciones son época de felicidad, si vamos a viajar el momento planificación de viaje es ya un momento de exaltación y alegría. A veces llega a ser tal época de nervios previos que en más de una ocasión se lo hemos ocultado para que estén tranquilas y darles luego la sorpresa, esto según vamos viendo. Unas veces lo preparamos todos juntos y otras damos la sorpresa, en ambos casos la felicidad y la alegría del viaje van de la mano.


En la época que vivimos, que a veces el tiempo de calidad con nuestros hijos escasea, el hecho de poder disfrutar de unos días en los que estaremos sólo para disfrutar con y por ellos es algo muy positivo. Reforzar esos lazos familiares, muy buen momento también en el caso de padres separados que en esta época disponen de más tiempo para estar con los niños y fortalecer ese vínculo.
Algunos estudios indican que una parte muy estimulante de las vacaciones es la planificación del viaje y las actividades a realizar en el destino. Para mantener la emoción y generar expectativa en los niños, es recomendable:
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Hacer una cuenta atrás con el número de días que quedan hasta el día del viaje
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Involucrar a los niños en la planificación y las actividades del viaje
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Compartir información y/o fotografías con los niños de lo que se van a encontrar cuando lleguen al destino: el alojamiento, el entorno, las atracciones, etc.
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Enseñarles frases del idioma local y jugar con ellos a hablar en el nuevo idioma
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Preparar ideas juntos así como opciones de dónde podríais ir y preguntarle cuál de todas ellas le gusta o le apetece más, comprar alguna guía infantil de la zona y buscarla en la biblioteca es una idea.
- Relatar a los niños historias interesantes sobre el destino del viaje para que se hagan una idea de dónde van a estar. Yo suelo ayudar comprando algún libro o cuento de la zona.
- Si se trata de su primera vez de vacaciones, preparar una pequeña excursión previa para que los niños puedan imaginarse a menor escala cómo van a será pasar unos días fuera de casa.
