Ayer, en el Centro Comercial Gran Vía de Vigo, la anunciada visita de Iago Aspas y Fran Beltrán dejó a cientos de niños y familias con un profundo sentimiento de indignación y tristeza.
Lo que prometía ser un evento ilusionante para los niños se convirtió en una experiencia frustrante y decepcionante.
Desde hace semanas, el evento se promocionó como una oportunidad para que los niños pudieran conocer a sus ídolos, tomarse una foto con ellos y conseguir un autógrafo. El único requisito era pertenecer a «El Club de los Disfrutones», de hecho tenías inscribirte en la web y hacerte del club para asistir. Sin embargo, lo que ocurrió ayer dista mucho de lo que se había prometido y esto es lo que me han transmitido mis seguidores, que además he cotejado con los comentarios de la web del evento.
Falta de organización y caos absoluto
Las familias comenzaron a llegar horas antes del evento para asegurarse un sitio en la cola. Algunos padres y madres estuvieron esperando con sus hijos desde las 4 de la tarde para un evento programado de 19:00 a 20:30. Pero pronto la situación se descontroló.
A pesar de la larga espera de muchas familias, personas ajenas a la cola lograron colarse sin ningún tipo de control, mientras que, según nos relatan algunos seguidores, los encargados de seguridad no solo no intervinieron, sino que se permitió la entrada de gente que acababa de llegar.
Niños llorando y padres indignados
Cuando llegó la hora de finalización, cerraron la zona sin previo aviso, dejando a cientos de niños sin la posibilidad de ver a sus ídolos. Ningún responsable del evento avisó de que no habría oportunidad de atender a todos los asistentes, por lo que muchas familias habían perdido la tarde entera para nada. El resultado fue devastador:
-
Niños llorando desconsolados, sin entender por qué no podían ver a sus jugadores favoritos después de tanto esperar.
-
Padres y madres enfadados por la absoluta falta de organización y respeto hacia los asistentes.
-
Los jugadores abandonaron el lugar escoltados por seguridad, como si fueran fugitivos, ante el descontento generalizado.
No es la primera vez que ocurre
Lo más preocupante es que no es la primera vez que un evento para niños en nuestra ciudad termina en un desastre organizativo.
Según me comentan los seguidores, en este caso, los jugadores no tuvieron la culpa. Ellos cumplieron con su compromiso, extendiendo su presencia hasta las 21:00, media hora más de lo anunciado. Sin embargo, la organización falló de manera estrepitosa en varios aspectos clave:
-
Falta de control en la cola: Se permitió que la gente se colara sin ningún orden ni justicia para quienes esperaron durante horas.
-
Ausencia de un sistema de regulación de firmas y fotos: No había un límite por persona, lo que permitió que algunos asistentes aprovecharan para hacer firmar numerosos objetos mientras otros se quedaron sin nada.
-
Falta de organización en los tiempos: No se estableció un sistema de turnos con tickets o números, como se hace en parques de atracciones. La organización debería haber calculado el tiempo y avisado con antelación cuando ya no era posible atender a más personas.
Varios padres y madres intentaron poner una reclamación formal, pero tampoco lo tuvieron fácil. La empleada de atención al cliente, acabó claramente sobrepasada por la presión de la situación.
Jugar con la ilusión de los niños es imperdonable
Los eventos dirigidos a niños deben estar organizados con seriedad y respeto. No se puede generar una expectativa y luego abandonarlos sin explicaciones. Los pequeños, que habían contado emocionados a sus amigos y familiares que conocerían a sus ídolos, se fueron a casa entre lágrimas y desilusión.
Para que un evento de este tipo funcione adecuadamente, es fundamental:
-
Organizar las colas con control y respeto.
-
Regular el acceso a fotos y firmas para que todos tengan la misma oportunidad.
-
Establecer un sistema de turnos con tickets para evitar el caos.
-
Medir los tiempos y avisar a los asistentes con claridad.
-
Publicitar bien las condiciones del evento para evitar falsas expectativas.
Desde nuestra web, queremos dar visibilidad a esta situación para que las empresas y centros comerciales entiendan que los niños no son una herramienta de marketing y que organizar un evento de este tipo conlleva una responsabilidad.
Te doy las gracias por dar visibilidad a lo que pasó ayer. Mi familia y yo somos unos de los afectados. Estuvimos en la cola desde las 17:30 y al llegar las 21:00 con todavía cola por delante empezamos a ver cómo la gente se dispersaba y venían comentado que se coló muchísima gente del final de la cola, mientras que los que hicimos lo que tocaba nos quedamos sin nada. Fué una auténtica vergüenza. Como comentas no fue la primera vez, ya que con el evento de Bluey pasó exactamente igual. Después de esto no volveremos a ningún evento organizado por el centro comercial.
Buenas tardes. Yo estuve desde las tres de la tarde. Pudimos entrar perfectamente. A partir de las 4 y 30 de la tarde la cola era descomunal y a las siete daba dos vueltas al recinto. Era evidente que en 90 minutos no era factible que pudieran pasar todos los niños. Primero pasaron dos grupos de personas con discapacidad, personas en sillas de ruedas. Luego un grupo de niños con TDHA. Y luego los que estábamos en la fila. Creo que debieron haber dado como mucho 70 pases. Y hacer el evento varias veces y no en una sola sesión de 90 minutos. Yo me fui pensando que muchos niños marcharian desconsolado. Los jugadores muy bien. Mucha paciencia. Los organizadores deben aprender de estos errores. Debieron impedir que se siguiera sumando gente a la cola a tiempo.
Tal cual, lo cuentas… Un desastre total, yo fui a preguntar a las 9 hasta que hora permitirían pasar a más personas y el chico me dijo que cerrarían ya mismo, entonces le comente porque no avisaban a la gente, que la cola era enorme, y su respuesta fue, que no tenían personal para hacer eso… En fin, nunca más…