Hoy os voy a hablar de uno de esos sitios con encanto que tenemos en nuestra ciudad y no es muy conocido. Se trata de A Buraca do Pavero, un local muy romántico al que yo no había ido con peques, sino más bien en pareja o con amigos. Pero casualmente este verano pasamos por allí y como se acercaba la hora de la comida optamos por disfrutar de A Buraca en familia.

A Buraca do Pavero destaca sin duda por sus cuidados jardines y sus vistas, el ambiente es tranquilo y sus mesas de piedra bajo parras y a distintos niveles hacen que aunque vayas con niños no molesten a los de al lado pues están bastante apartadas entre sí.

Para comer se puede hacer de tapas o bocadillos; calamares, jamón asado, tortilla… y cuenta con unos buenos postres caseros entre ellos la tarta de la abuela, sin olvidarnos los zumos naturales y cócteles que preparan, aunque estos últimos no los probamos, habrá que volver.

El sitio es ideal para comer fuera en verano y también en otoño, para cuando empieza a refrescar cuenta también con salón interior

Y hasta aquí mi recomedación de hoy, espero que os haya gustado, si es así y crees que puede ser de interés para otras personas por favor comparte.
El sitio muy chulo y se come bien, pero la atención no es demasiado buena. Las camareras majas, pero el dueño es desagradable y malencarado. No lo recomiendo para ir con niños… suele llamarles la atención si se mueven demasiado.
Sitio ideal pero ya va con varias veces que pasamos y cerrado y aún hoy llamando por teléfono para reservar y no contesta nadie.
En cierto modo, es normal. Que eso no quita que el señor pueda ser malencarado en general, pero los restaurantes no son parques, por mucho espacio abierto que tengan y por mucho que les fastidie a algunas personas. La gente va a pasar un rato relajado comiendo, no a escuchar gritos y a tener a niños corriendo por ahí. Y en cuanto a lo de llamarles la atención… Como antigua empleada de hostelería, te digo que hay veces que, aunque no quieras, tienes que hacerlo porque los padres no se suelen molestar aunque vean a su niño montando la de San Quintín. Ejemplos prácticos te puedo dar muchísimos, pero, para que te hagas una idea, he visto a niños andando en monopatín dentro de restaurantes o jugando a la pelota en terrazas (pelota que acaba en la mesa de otros comensales ante la impasividad de los padres a los que, si les dices algo, te sueltan lo de «Es que son niños, los padres no podemos estar en todo»). Si eso te parece lógico, apaga y vámonos. Recomendación: si tenéis niños inquietos, escandalosos (por mucho que os empeñéis, no todos los niños son iguales) o que se aburren fácilmente en cafeterías, restaurantes y demás, id específicamente a locales que anuncien que tienen zona infantil. Que haya un jardín para el disfrute de los clientes NO quiere decir que sea para jugar…
A nosotros nos encanta, la atención es buena, la comida muy rica y mis peques se lo pasan genial corriendo y jugando. Jamás nos han llamado la atención, ni nos han puesto mala cara. Lo recomiendo 100%
A Los Niños Tienen Que Atenderlos Los Padres No El Dueño Del Local.