De entre todas las propuestas que tenemos en Vigopeques una de nuestras preferidas es la de disfrutar de un paseo en barco alrededor de la Isla de Tambo, en Combarro. Nos hablaron de que en Vigo había una propuesta similar y aprovechando la semana azul nos hemos animado a conocerla.
El día de hoy amaneció con un sol fantástico, así que a la hora convenida un grupo de familias nos reunimos en el muelle para disfrutar de una emocionante aventura marítima. El objetivo del día era simple pero delicioso: disfrutar de un paseo en barco por la ría de Vigo y degustar unos sabrosos mejillones . Nuestra estupenda guía nos dio la bienvenida y nos explicó el itinerario del día.
El escenario estaba listo para una mañana inolvidable en la Ría de Vigo.
A medida que el barco se alejaba del muelle, la brisa del mar se volvía más fresca y la niebla empezó a rodearnos, somos gallegos y conocemos bien la niebla marítima de la Ría de Vigo pero hubo momentos que apenas se veía el mar.
Nuestra guía nos señaló los puntos de referencia costeros, debido al espesor de la niebla algunos tuvimos que imaginarlos.
El paseo en barco fue relajante y emocionante al mismo tiempo.
Estábamos de suerte y poco a poco fue abriendo la niebla y pudimos disfrutar de las bateas desde cerca.
La guía nos explicó que cada batea puede llegar a tener 500 cuerdas, cada una de ellas de 5 a 10 metros de longitud. Por cada metro, se obtienen generalmente unos 20 kilos de mejillón adulto.
Como curiosidad os comento que cada batea produce entre 40 y 80 toneladas de mejillón al año y el precio de una batea, en zonas privilegiadas como pueden ser las Rías Baixas, llega a alcanzar el millón de euros.
Enseguida llegamos a Moaña, donde hicimos una parada para ver los barcos mejilloneros y llegó el momento más esperado: la degustación de mejillones. Los mejillones estaban calentitos cocinados a la perfección en una deliciosa salsa de vino blanco y laurel.
Hoy la mayoría éramos gallegos pero muchas veces los peques es en estos barcos dónde prueban los mejillones por primera vez y, para sorpresa de los adultos, ¡les encantan!
Los adultos también saboreamos los mejillones con gusto, maridándolos con un vino blanco bien fresquito.
Después de la degustación, el barco continuó su viaje de regreso al puerto de Vigo, esta vez con música y baile. Si alguien no sabe bailar la muiñeira, aquí la aprenderá seguro de manera fácil y divertida.
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Como veis este paseo en barco con degustación de mejillones es un plan que conjuga perfectamente la parte divertida y educativa para los más pequeños. Los niños no solo se divierten, sino que también se sumergen en el mundo marino y prueban nuevos sabores .
Si te ha gustado este plan y quieres reservar puedes hacerlo en este enlace o pinchando en la siguiente imagen: