Creo que no me equivoco si digo que todos los niños sueñan con tener un caballo, desde luego es un animal que atrae al público infantil como ningún otro.

Cuando mi hija me dijo que quería tener un caballo rápidamente le saque esa idea de la cabeza, le expliqué que viviendo en un piso de ciudad iba a ser un poco difícil. Ella, más rápida que yo para casi todo, ya tenía todas las soluciones preparadas, que si hacía falta nos íbamos a vivir al campo, total, que más da. El caso es que después de mucho insistir lo que sí hemos estado haciendo es ir de vez en cuando a montar a caballo.

Hasta ahí bien, pero últimamente quería saber más, no le llegaba un paseito en caballo como venía haciendo hasta la fecha. En esas estábamos cuando, como caído del cielo, nos escribió Cabalos Cima de  Vila invitándonos a conocer sus instalaciones, bueno, bueno, bueno la experiencia no pudo ser mejor.

Ya el hecho de poder disfrutar de un día al aire libre completamente ajenos al ruido de la ciudad y en un entorno totalmente natural fue un lujazo. Siempre que el tiempo lo permite intentamos buscar actividades al aire libre para toda la familia, este fin de semana nos trasladamos a Fornelos de Montes a media hora de camino entre Vigo y Pontevedra.

La oferta de actividades de Caballos Cima de Vila es muy distinta al resto de centros de hípica tradicionales:

  • Clases de doma natural para niños a partir de 12 años
  • Talleres para niños a partir de 8 años
  • Talleres para familias con niños de cualquier edad
  • En verano se desarrollaran varias actividades:
Actividades verano 2018
 
 
  • Sábado 14 de julio de 11:00 a 12:30 talleres para niños de 5 a 7 años
  • Sábado 28 de julio de 11:00 a 13:00 para niños a partir de 8 años.
  • Jornadas matutinas del 30 de julio al  3 de agosto y de 6 al 10 de agosto a partir de 5 años.

Hasta aquí os puede parecer similar, pero no lo es. Para empezar, los animales están al aire libre, sin ataduras, sin bocado ni espuelas, que hacen pupa al animal, se trata de ser respetuosos con el caballo, respetar su ritmo, no el nuestro, y acoplarnos nosotros a él. Yo lo definí como: 

La crianza natural en el caballo

Los talleres que realizamos nosotros son los talleres para familias.

 

Cuando llegamos los caballos estaban pastando libres por los campos y nuestra primera actividad consistió en ir a buscarlos, bueno teníais que ver la cara de felicidad de las niñas. Cristela nos explicó muchas cosas de los caballos, como viven, como debemos acercarnos a ellos, como debemos tratarlos, que cosas le gustan…esa es como la parte teórica de la actividad, luego viene la parte práctica, en el que el último objetivo es montar a caballo, el primero y principal es conocer al caballo y disfrutar con él.

Como primera actividad después de explicarnos las partes del caballo nos propuso acercarnos a los caballos con los ojos vendados en grupos de dos ir adivinando que parte del animal estamos tocando.

Después vino el tema del cepillado, pero no el típico cepillado rápido y corriendo antes de salir, un cepillado con cuidado y tranquilidad, que nos permitió conectar con el animal de una forma muy especial. Fijaros en las fotos como a pesar de estarle cepillando el caballo se encuentra super relajado, casi dormido y la conexión niño-animal es espectacular.

 

La siguiente dinámica es «pie a tierra» al animal se le acaricia se le habla y luego se le guía y se juega con el, así empezamos hasta al final subir al caballo y hacer lo mismo pero desde arriba. Aquí participan tanto los papas como los niños, desde luego las risas y la emoción era el factor predominante en toda la jornada.

Es muy curioso como el caballo te sigue el juego y disfruta contigo y si le caes bien hasta te imita. No me digáis que no es impresionante!

Creo que las niñas se hubieran quedado allí todo el día pero era hora de marchar, dicen que cuando un niño baja del caballo no es el mismo niño que cuando subió y yo creo que es cierto, la alegría que tuvieron todo el día contando su vivencia, así lo demostraba.

 

Y así, lo que comenzó como un bonito día de visita a los caballos de Cima de Vila acabo convirtiéndose en una experiencia que ya están pensando en repetir.