La Ribeira Sacra, es tierra de gente con ingenio, no hay más que ver como desde siempre se han tenido que apañar para adaptar el cultivo de la uva a esos terrenos en pendiente que a veces llegan al 70%, viticultura heroica le llaman y con razón.
Breogan Piñeiro es uno de estos héroes que cosecha su vino Adega Terra Brava y ahora, con la apertura al público de su columpio con vistas, su bodega se ha convertido en uno de los reclamos turísticos de la zona.
Lo ha hecho gracias a su columpio, un columpio que inunda las redes sociales, a pesar de llevar ya 10 años instalado.
Lo que empezó siendo para uso particular, se ha convertido ahora en un atractivo para los turistas y está siendo ya copiado en otras zonas, al igual que ocurrió con los bancos ,este verano las vistas seguramente serán al vaivén de los columpios .
Difícil va a ser igualar las vistas de los cañones del Sil, con sus paisajes, eso sí abstenerse gente con vértigo.
Este singular columpio se encuentra en la parte de la Ribeira Sacra que pertenece a la provincia de Lugo, concretamente en la parroquia de Doade en el Ayuntamiento de Sober .
Para poder disfrutar de esta experiencia Breogán ha preparado su viñedo para acoger a los visitantes con una ruta que acaba con un paseo en columpio, el precio son 20 euros por pareja e incluye botella de vino, paseo y columpio, con reserva previa en el 661430007.
Una experiencia que se ha puesto de moda este año inaugurándose distintos columpios recientemente como el de Vilanova de Cerveira del que hablamos ya en este artículo. ¿qué os parece la idea?, ¿los habéis probado?
La peor experiencia en la ribeira sacra, si lo llegamos a saber no perdemos el tiempo. Para empezar el tipo que lo atiende parece que solo le interesa hacer caja. No nos avisaron de que el aparcamiento para acceder a su finca es casi nulo. Se trata de un camino estrecho (solo cabe un coche) el cual no tiene donde girar. Cuando le llamamos para que nos prestase ayuda o consejo, su respuesta (en un tono chulesco) fue algo así como que si tenía que bajar él a aparcarnos el coche o qué. Nos quedamos de piedra los 4 pasajeros.
Así que tuvimos que arreglárnoslas para salir de ese entuerto, el mal rato que pasamos no se nos olvidará y la falta de empatía y atención por parte del dueño tampoco.
Después estuvimos paseando para disfrutar de las vistas y cuando vimos el dichoso columpio dimos gracias de no haber llegado a contratarlo.
Es un tablón colgado de un árbol por dos cuerdas y debajo de él: una pendiente de cepas de vid de unos 100 metros que terminaba en el rio. Se podían escuchar los gritos de pánico de la mujer que se estaba montando en ese momento. De traca.
Menos mal q te acabo de leer. Tenía pensado ir y me dejas de piedra.
Lo que menos me imaginé es q hubiera que pagar.
Y encima peligroso.
En fin…
Una vergüenza, el tipo en cuestión cuenta historias que poco tienen que ver con el vino. Para entrar en las viñas hay que comprar una botella de vino por pareja eligiendo entre 2 tipos de vino y sin dejar catarlo.
A la viña te manda solo mientras el se queda tranquilamente hablando con otros clientes y ademas la subida es peligrosa.
El columpio es peligroso y medidas de seguridad ninguna. Eso si las vistas estupendas.
Mi consejo ir a una bodega seria y olvidaros de este montaje